Declarada vencedora

Has sido declarada vencedora. Ahora puedes coronarte victoriosa después de la interminable batalla que has librado. No quiero imaginarme lo larga que se te habrá hecho la espera de los resultados definitivos, pero, ya está, todo ha acabado.
Recuerdo perfectamente el día en el que supe lo que estaba pasando. Una palabra fue suficiente: quimioterapia. No pude pensar en nada más, solo recuerdo que empecé a marearme y el motivo era evidente.
A pesar de todo, parecía necesitar una confirmación externa, porque me era imposible asimilar que aquello era una realidad, que esa maldita enfermedad había afectado a alguien de mi familia. Cuando la tuve, no pude retener las lágrimas ni un solo segundo y mi cuerpo se lleno de ira e impotencia, sensaciones horribles. Mejor no recordar aquello.
Te admiro, y te explicaré el porque de la mejor manera que sé: escribiendo.
Te admiro por haber sido capaz de mantenerlo en secreto para no preocupar a la gente que te importa, debe haber sido muy difícil lidiar con ello todos los días sola.
Te admiro por haber ofrecido tu ayuda sin esperar nada a cambio estando en malas condiciones tanto física como anímicamente.
Te admiro por tu capacidad de superación y lucha incansable.
Te admiro por tus ganas de aprender, por superar tus retos personales.
Te admiro por haber sido capaz de mantener una sonrisa en el rostro a pesar de las adversidades.
Te admiro por tu valentía, por haberte enfrentado a una operación complicada, de nueve horas de duración y los tratamientos posteriores.
Te admiro porque te lo mereces, por todo lo que has conseguido.
Y hoy, 27 de septiembre, he tenido que contener las lágrimas de alegría al leer ese mensaje que decía que no había rastro del maldito cáncer.
Y hoy, te doy la enhorabuena, y te digo, como esa canción que tanto te gusta:


They will not force us
They will stop degrading us
They will not control us
We will be victorious 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuidado

Mirada oscura

No me pidas que me calme